Hola amigos peñistas y valencianistas:
Ya tenemos en marcha el blog de la Peña Valencianista "La Figuera". Creemos que es muy importante que dispongamos de un sitio en la red donde podamos expresarnos con todo lo relacionado con nuestra Peña y nuestro Valencia C. F. Animamos a los peñistas a participar del blog y dejar sus comentarios. Iremos ampliándolo en contenidos poco a poco. Esperemos que sea un buen medio para la comunicación entre los peñistas.
El creador del blog, Juan, al que agradecemos lo haya puesto en marcha, ha aportado la primera entrada muy acertadamente con el artículo "Tenim que fer una penya" de José Manuel Sánchez Castelló, como bien dice no hay mejor manera de inaugurarlo.
Pues nada, esperamos vuestras colaboraciones y disfrutemos de la Peña y del Valencia C.F.
¡¡¡ Amunt Valencia !!!
Santi, el vostre President
martes, 15 de marzo de 2011
Estrenamos blog
Publicado por
Santi (Valencia)
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Presidente
domingo, 13 de marzo de 2011
Tenim que fer una penya
Qué mejor artículo que éste que nos dejó nuestro querido "tío Pepe" hace ya muchos años, para inaugurar este nuevo blog de la Penya Valencianista la Figuera. El artículo como sabréis ya fue publicado en papel en nuestro antiguo "Boletín" y posteriormente en nuestra ya extinta página web, pero creo que merece la pena reproducirlo en cualquier medio que lance nuestra Peña.
Espero que este blog sirva como lugar de opinión y expresión de todos nuestros peñistas, y que entre todos lo sepamos convertir en un lugar de encuentro del valencianismo.
Sin más preámbulo os dejo con el artículo:
Esa temporada futbolística 1.986-87, había resultado especialísima para el valencianismo. Tras las lágrimas derramadas por dolor e impotencia en junio de 1.986, los valencianistas habían respondido como nunca ante la tragedia y estaban con el equipo. Como siempre, los que ganan los títulos o solventan las papeletas, los de casa, los Sempere, Arias, Giner, Voro, Revert, Fernando, Subirats, Alcañiz, Fenoll, etc., junto al presidente del Club, D. Arturo Tuzón y, repito que sobre todo, con una hinchada volcada, estaban rehaciendo la entidad, devolviendo la ilusión a los aficionados. Tenim que fer una Penya comentaban los cuatro vecinos del barrio.
Terminó la temporada y los valencianistas cambiaron sus lágrimas de tristeza por lágrimas de alegría, de emoción, de esperanza: “Todo había sido una pesadilla”, rezaba una gran pancarta en el césped de Mestalla, todo volvía donde siempre tenía que haber estado. Tenim que fer una Penya. Se conquistaba un título que nunca tenía que haber entrado en nuestras vitrinas, pero que era necesario para dejar las cosas en su sitio. Tenim que fer una Penya.
Y así, el último día de la pesadilla, cuando todo había terminado, los cuatro vecinos, reunidos como tantas veces en torno al Kiosco, cerrado ese día por ser domingo, montaron una mesa plegable, apareció jamón y vino, Miguel instaló en su Vespino una bandera del Valencia, C.F. y dio vueltas y vueltas sin parar haciendo hondear al viento el escudo amado mientras disparaban tracas: tenim que fer una Penya
A los pocos días, en la boda de Roberto Fernández, en una mesa del Restaurante de la Piscina Valencia, se encontraban los cuatro vecinos del barrio La Figuera con sus esposas. Era junio de 1.987. Los ocho, rodeados de las plantillas del Valencia y Barcelona y los directivos de ambas entidades, repitieron por última vez: tenim que fer una Penya.
A la hora de los cafés, los cuatro valencianistas llegaron ante el presidente del Valencia y le dijeron: volem fer una Penya. El Sr. Tuzón les saludó afectuosamente y les felicitó por la iniciativa, mientras se regodeaba porque tenía al lado a José Luis Núñez que presenciaba la conversación: “durante toda la temporada se han constituido muchas peñas, vosotros seréis la 45”.
De vuelta a la mesa, los cuatro vecinos del Barrio La Figuera con sus esposas, se pusieron en pié correspondiendo a Roberto Fernández que les tendía su mano con una copa de champagne. Él iba a ser el noveno socio. Ja tenim Penya
Espero que este blog sirva como lugar de opinión y expresión de todos nuestros peñistas, y que entre todos lo sepamos convertir en un lugar de encuentro del valencianismo.
Sin más preámbulo os dejo con el artículo:
Historia de la Peña Valencianista “La Figuera” (I)
Hace ya 14 años, en el valenciano barrio de “La Figuera”, en torno a un kiosco, el de la Avenida de Campanar nº 43, su propietario de entonces, Miguel Guillot Lozano (q.e.p.d.), dos vecinos de esa finca, José Luis Montañés Calabuig y José Manuel Sánchez Castelló, junto a Rafael (nunca he podido recordar sus apellidos) que regentaba un negocio de pollos asados en el bajo donde se ubica actualmente la oficina de Catalana de Occidente de Montañés, decidieron formalmente, en la boda de su amigo y vecino, el ex-valencianista y entonces jugador del Barcelona Roberto Fernández Bonillo, constituir la PEÑA VALENCIANISTA “LA FIGUERA”.Esa temporada futbolística 1.986-87, había resultado especialísima para el valencianismo. Tras las lágrimas derramadas por dolor e impotencia en junio de 1.986, los valencianistas habían respondido como nunca ante la tragedia y estaban con el equipo. Como siempre, los que ganan los títulos o solventan las papeletas, los de casa, los Sempere, Arias, Giner, Voro, Revert, Fernando, Subirats, Alcañiz, Fenoll, etc., junto al presidente del Club, D. Arturo Tuzón y, repito que sobre todo, con una hinchada volcada, estaban rehaciendo la entidad, devolviendo la ilusión a los aficionados. Tenim que fer una Penya comentaban los cuatro vecinos del barrio.
Terminó la temporada y los valencianistas cambiaron sus lágrimas de tristeza por lágrimas de alegría, de emoción, de esperanza: “Todo había sido una pesadilla”, rezaba una gran pancarta en el césped de Mestalla, todo volvía donde siempre tenía que haber estado. Tenim que fer una Penya. Se conquistaba un título que nunca tenía que haber entrado en nuestras vitrinas, pero que era necesario para dejar las cosas en su sitio. Tenim que fer una Penya.
Y así, el último día de la pesadilla, cuando todo había terminado, los cuatro vecinos, reunidos como tantas veces en torno al Kiosco, cerrado ese día por ser domingo, montaron una mesa plegable, apareció jamón y vino, Miguel instaló en su Vespino una bandera del Valencia, C.F. y dio vueltas y vueltas sin parar haciendo hondear al viento el escudo amado mientras disparaban tracas: tenim que fer una Penya
A los pocos días, en la boda de Roberto Fernández, en una mesa del Restaurante de la Piscina Valencia, se encontraban los cuatro vecinos del barrio La Figuera con sus esposas. Era junio de 1.987. Los ocho, rodeados de las plantillas del Valencia y Barcelona y los directivos de ambas entidades, repitieron por última vez: tenim que fer una Penya.
A la hora de los cafés, los cuatro valencianistas llegaron ante el presidente del Valencia y le dijeron: volem fer una Penya. El Sr. Tuzón les saludó afectuosamente y les felicitó por la iniciativa, mientras se regodeaba porque tenía al lado a José Luis Núñez que presenciaba la conversación: “durante toda la temporada se han constituido muchas peñas, vosotros seréis la 45”.
De vuelta a la mesa, los cuatro vecinos del Barrio La Figuera con sus esposas, se pusieron en pié correspondiendo a Roberto Fernández que les tendía su mano con una copa de champagne. Él iba a ser el noveno socio. Ja tenim Penya
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Qkla
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